Kankuamos cosechan frutos culturales para el mundo
Por Silsa Matilde Arias Martínez
#OrgulloKankuamo
#OrgulloIndigena
“Ya Brigido se marchó
Pero nos queda ´el Bolito´
Y en noviembre regreso yo
A este pueblito querido…”
Son de paloma – Luis C. Ariza
El fin de semana del 10 al 12 de noviembre, la comunidad Kankuama de La Mina se llenó de gloria, lo cual se reflejó en cada uno de los kankuamos, kankuamas y aliados que respaldaron el IX Festival Étnico, Cultural y Artesanal, certamen que año tras año le arrebata una página a la violencia que por décadas azotó al Resguardo y/o Pueblo Kankuamo.
Durante ese derroche de arraigo e identidad del Pueblo Kankuamo, entre el danzar del Chicote, y bailoteo de la Gaita Serrana, con la melodía de carrizo complementario – hembra y macho -, caja de dos parches de mico o chivo, y maracas repletas de lengua de vaca, armonizaban el compás al danzar de las carrumbas y el temple de la cabuya de fique extraída de la penca del maguey, donde las curtidas manos de artesanas como Griselda o La Seda, y la artesana homenajeada, Carmen Cecilia Montero Pacheco, se empecinan para no dejar que las puntadas multicolores de las mochilas de fique sean desplazadas por mochilas ‘de fábrica’ o bolsos de marcas.
Emporio Folclórico
La Mina, cobijada por dos ríos – Candela y Badillo – donde sus piedras, playas de arena y torrentes de agua viva que bajan de la Sierra Nevada, son testigos e inspiración de amores furtivos, y sobre todo de la fuerza y el temple Kankuamo. Además, es el territorio que cultivó la pasión por el acordeón, la música de Chicote (factor primigenio del Folclor Vallenato), los que enriquecen el acervo cultural e histórico de lo que hoy es la música vallenata; entre ellos, los cultores Henemías Lúquez (güacharaquero), Cristóbal Lúquez, Abraham Maestre, y en la historia reciente, el ‘Indio Curtío’ Vicente ‘Chente’ Munive; y otros acordeoneros que fueron construyendo la estructura de un folclor que hoy es Patrimonio Cultural.
A propósito de relevo, un jovencito de la dinastía Ariza Martínez, de Atánquez, enrazado con la fuerza de la familia Guerra del sur de La Guajira, Jesús Alberto Ariza Guerra, de 11 años, se llevó la corona al ganar el primer puesto en la categoría de Acordeón Infantil, hace dos años inicio el proceso con el maestro Hildemaro Bolaño, a la par Juan Figueroa lo orienta en la escuela Rafael Escalona; lo acompañan en la caja Josué David Carmona y en la guacharaca Frank Villarreal.
Desde el Origen, enarbolando el sentido del encuentro cultural a partir del reconocimiento del aporte de sus hijos, el Festival fue en homenaje a: Carmen Cecilia Montero Pacheco – artesana modalidad fique, Faustino Ramírez Arias – sabedor y dirigente nato-, y Rafael Segundo Luquez Montero – docente y cofundador del hoy Colegio Agropecuario de La Mina.
Por su parte en el cultivar de la identidad del ser Kankuamo, talleres de pintura sobre el territorio, donde la niñez participa desde sus primeros pasos fuera de la casa, se llevó a cabo otros concursos, quedando como ganadores en: Paloma inédita – el decimero docente Estibinson Mindiola Díaz; en canción inédita Luis Carlos Ariza Martínez – cantautor y docente; interpretación musical infantil en Chicote, los jóvenes promesas de la música propia, el menor Juan Sebastián Mestre Montero - carrizo hembra y cantante de décima-, en la caja Merardo Ramos Arias, Marlon José Carmona Montero – carrizo macho-, y en las maracas Luis Armando Kerguelen Montero.
Mientras que los veteranos de la comunidad de Atánquez con el grupo de danza en chicote y gaita ´Musimena´ se llevaron los sendos merecidos reconocimientos, y con pasos firmes le siguen los jóvenes estudiantes universitarios y bachillerato, lo que denota que se afirma el danzar de la vida. En campo artesanal, la sabedora artesana Griselda ´La seda´ se llevó el premio a mejor hilandera de fique con carrumba.
“La Mina es una sabana
y Atánquez cerros y lomas
cuando San Martín me llama
este cantor no demora
y tonada por tonada
vine a estrena esta paloma”
– son Paloma ´San Martín y San Isidro´, de Luis Carlos Ariza, que pinta el diverso y rico territorio del Resguardo Kankuamo.
Por su parte, Estibinson Mindiola resalta parte del sabor y propio, en la paloma de Gaita ´El Parrandero´
“A orillas del rio Badillo
Pereguetanos veía
Rabiacana y mamoncillo
Y de todo eso comía”
Reina Kankuama en EVAFE
A la par, en la ciudad de Valledupar, cuyo nombre es en honor al gran Valle del Cacique Upar, se llevó a cabo el II Encuentro de Vallenato Femenino – EVAFE, y allí, una menudita joven curtida por el rio y el sol de la Sierra Nevada, disputaba con versadas acordeoneras, bajo el embrujo del otrora encuentro de Francisco Moscote con su paisano Abraham Maestre. Wendy Corzo dejó el alma de la Sierra Nevada y el río Badillo en la tarima, al llevarse el primer puesto del EVAFE en la Capital Mundial del Vallenato.
A propósito de relevo y transmisión cultural, según lo expresado por el cultor y hoy director de la Casa de la Cultura de Valledupar, Tomás Darío Gutiérrez, Sandra Arregocés, cantante vallenata y fundadora de EVAFE, es bisnieta del legendario y mítico acordeonero que disputó una parranda a muerte en el tinglado espiritual en ‘El Coco’ de Atánquez, como lo fue Abraham Maestre.
Wendy Corzo, una agraciada joven de tan sólo 20 años, estudiante de Ingeniería Ambiental en la Universidad Popular del Cesar, es oriunda de la comunidad de La Mina - Resguardo Kankuamo. Ejecuta con maestría el acordeón, a la par que canta, interpreta y compone sus canciones. En el certamen le ganó en franca lid a 19 contendoras. “Por nuestras raíces, como territorio que somos, somos la salvaguarda de lo propio”, manifestó Wendy emocionada al conocer su triunfo.
Ella, lleva a cuestas con su acordeón dos trofeos Congos de Oro en el Festival de Orquestas y Acordeones en Barranquilla, uno como parte de la agrupación de Evelyn, La Voz Dulce del Vallenato; y otro como mejor instrumentista. Luego, por su destreza con el vallenato interpretado en acordeón, disputó en el Reinado Nacional del Folclor, en la ciudad de Ibagué, en representación del departamento del Cesar.
La fuerza de su pueblo Kankuamo, el empuje de los cultores folclóricos de su región, lo viene puliendo con los consejos de maestros como José María ‘Chema’ Ramos, Iván González y Andrés ‘El Turco’ Gil, quien desde su trabajo con ‘Los Niños del Vallenato’ ha recorrido muchas ciudades de Europa dejando en alto a su pueblo originario y la embriagante música folclórica.
Esta pincelada, de los rastros y rostros, del IX Festival Étnico, Cultural y Artesanal, a la par de la fiesta de San Martín, es parte de la estrategia de reconciliación con la Madre naturaleza, sanar heridas con abrazos del reencuentro, y revitalización cultural del pueblo Kankuamo, como parte de la salvaguardia del legado de los cuatro pueblos originarios de la Sierra Nevada de Santa Marta ´Corazón del mundo´.
Así como en la Comunidad de La Mina, en gran parte de las comunidades del Resguardo, asentamientos y ciudades donde perviven el pueblo Kankuamo, se cultiva el #OrgulloKankuamo, #OrgulloIndigena.