La cultura debe generar vida y no muerte, principio natural para poner fin a la mutilación genital femenina
- por Soporte
• Hoy en Cali: Conversatorio para estimular la reflexión y el diálogo intercultural con la Organización Indígena del Valle del Cauca (ORIVAC) en torno a las futuras acciones de prevención de la ablación genital femenina en sus territorios.
Instituciones del Gobierno Nacional, departamental y local, organizaciones y Pueblos Indígenas y el Fondo de Población de las Naciones Unidas –UNFPA- se unen para avanzar en la suscripción de mandatos con las Autoridades Indígenas y no indígenas a fin de erradicar definitivamente la mutilación genital femenina en Colombia.
Bajo el principio de que la cultura debe generar vida y no muerte, las Autoridades de la Nación Embera y la ONIC, con el acompañamiento y apoyo de los gobiernos locales y el UNFPA, han firmado acuerdos de compromiso y realizado acciones para poner fin a la mutilación genital femenina. Los dos primeros mandatos indígenas se suscribieron en el 2014 en los municipios de Mistrató y Pueblo Rico en Risaralda. La ONIC en su IX Congreso de los Pueblos en el 2016, asumió entre sus líneas de acción “conocer, visibilizar, concientizar y transformar que van en contra de la salud y bienestar de las mujeres y niñas Indígenas”. Y el 5 de septiembre de 2017 en el municipio de Bolívar del Valle del Cauca, el parlamento de la nación Embera suscribió el mandato más reciente.
Los mandatos Embera son acuerdos de las Autoridades legales y Espirítuales Indígenas en los que se comprometen con la erradicación de la práctica de la mutilación genital femenina o ablación, amparados en los derechos humanos y la no discriminación, con el propósito de reivindicar la unidad, la hermandad y el respeto por el derecho de las mujeres, las niñas y las jóvenes.
Desde el 2007, a partir del proyecto Embera Wera (Mujer Embera) comunidades indígenas con el acompañamiento de autoridades del Estado colombiano, el ICBF, ONIC y el UNFPA han abierto espacios de reflexión en torno a sus derechos, su salud y su vida para entender y transformar la práctica de la ablación genital femenina.
Poner fin a la ablación genital femenina requiere de esfuerzos conjuntos, así lo ha señalado la gran nación Embera en sus mandatos. Por tal razón, se hace necesario avanzar en lineamientos de política pública previamente concertados con las comunidades indígenas para garantizar la pervivencia de los pueblos, el goce efectivo de sus derechos y el mejoramiento de las condiciones de vida y salud de las niñas y mujeres indígenas.
Según Martha Lucía Rubio, representante auxiliar del UNFPA, la mutilación genital femenina es una forma de violencia basada en género que afecta a las niñas y mujeres indígenas en nuestro país. Las comunidades, sus familias y las personas son esenciales para la transformación de esta práctica nociva. Nuestra invitación es a unir esfuerzos para trabajar con ellas y para ellas.
Lejandrina Pastor Gil, Consejera de Mujer, Familia y Generación de la ONIC, recalca: “muchas prácticas se han adoptado en nuestros territorios, la mutilación genital femenina es una de ellas, sobre todo en la Nación Embera; por tanto, se requiere mayor esfuerzo a la luz de la espiritualidad, conversar con las practicantes y familias desde su saber, lenguaje y territorio propio, a fin de minimizar el impacto y así reinvertirlo hacia el fortalecimiento cultural”.
El país ha avanzado en la firma de mandatos; sin embargo, queremos impulsar un mandato único que reúna el compromiso de toda la Nación Embera y que cuente con el respaldo del Estado para proteger los derechos humanos de las mujeres y las niñas indígenas y así responder a las recomendaciones contenidas en la Declaración de Derechos de los Pueblos Indígenas y a los compromisos previstos en la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible, la cual insta a todos los países en donde se realiza esta práctica nociva a tomar medidas decisivas para su erradicación, como lo indica la meta del 5.3 del ODS 5 “Eliminar todas las prácticas nocivas, como el matrimonio infantil, precoz y forzado y la mutilación genital femenina”