ONIC

• #LaLuchaVaPorqueVa
• #VolvemosYSomosMillones

La Organización Nacional Indígena de Colombia - ONIC saluda la valerosa lucha del pueblo ecuatoriano y, en especial, de nuestras organizaciones hermanas, la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador – CONAIE y la Confederación de la Nacionalidad Kichwa del Ecuador - ECUARUNARI, que ejercen su legítimo derecho a la protesta frente a las medidas económicas que vulneran a los sectores populares y ponen en grave riesgo a las comunidades indígenas, al avanzar en la explotación de sus territorios.

Cuando los pueblos se levantan, los gobernantes tienen la obligación de escucharlos, por ello, repudiamos el uso desmedido de la fuerza y la represión contra las manifestaciones, lo que constituye una grave violación de Derechos Humanos, de la cual es responsable el Gobierno de Lenin Moreno.

A los Pueblos Indígenas de Ecuador y de toda Abya Yala nos une una lucha de más de quinientos años, por la vida, la autonomía y la defensa de la Madre Tierra. En este proceso, hemos sufrido las nefastas consecuencias de la violencia de quienes detentan el poder, y también hemos comprobado que la única forma de pervivir es asumir con valentía la acción colectiva en la búsqueda de la emancipación, frente a un régimen colonial que nos oprime y pone por encima de la vida los intereses económicos trasnacionales.

Por eso les decimos a los pueblos milenarios hermanos que hoy se levantan en Ecuador: No están solos. Desde nuestra Organización Nacional Indígena de Colombia - ONIC nos solidarizamos con ustedes y acompañamos su lucha, que también es nuestra. Seguimos cultivando nuestros principios: Unidad, Territorio, Cultura y Autonomía.

Hacemos un llamado a la comunidad internacional y a todas las organizaciones indígenas a exigir la garantía de la integridad física de cada uno de los manifestantes, así como al levantamiento inmediato del Estado de Excepción declarado por el Gobierno del Presidente Moreno.

 

¡Fuerza, compañeros y compañeras, ¡qué viva la resistencia milenaria!
¡Que nuestro gritos se conviertan en una sola voz!