Por mina antipersona muere anciano del Pueblo Jiw
El pueblo Jiw (Guayabero) de los departamentos Guaviare y Meta rechaza los actos de violencia cometidos en su contra en el marco del conflicto armado. Esta comunidad donde muere el abuelo se encuntra desplazada y confinada según la Organización JIW NAXAEM; Norte del Guaviare y sur del Meta...
ORGANIZACIÓN JIW NAXAEM
NORTE DEL GUAVIARE Y SUR DEL META
San José, 31 de enero de 2012
Asunto: El pueblo Jiw (Guayabero) de los departamentos Guaviare y Meta rechaza los actos de violencia cometidos en su contra en el marco del conflicto armado.
El pasado domingo 29 de enero de 2012, el conflicto armado que se libra en el país y en especial en regiones como nuestro territorio, cobró nuevamente la vida de otro de nuestros compañeros indígenas del pueblo Jiw, un anciano que salía de pesca a conseguir el sustento para su familia. En un hecho repudiable ocasionado por un artefacto explosivo, perdió la vida Juan Bautista Ladino, anciano y sabedor de nuestro pueblo y quien se encontraba viviendo con su familia en el asentamiento de POBLACIÓN DESPLAZADA de Zaragoza 4, en el municipio de Mapiripán departamento de Meta.
Nosotros los indígenas Jiw que nada tenemos que ver con el conflicto armado, del que tampoco queremos ser parte y que mantenemos nuestra posición como pueblo de no tener ningún tipo de vinculación, con ningún grupo armado al margen o no de la ley, nos sentimos acorralados por el conflicto armado que pareciera empecinarse en perseguirnos, aun cuando nos desplazamos huyendo de él, toda vez que los grupos armados nos ponen como escudo de sus acciones, siguen minando nuestros territorios y prohibiéndonos actividades básicas para adquirir nuestro sustento diario y poder sobrevivir.
Casos como el del domingo pasado, no son eventos asilados pues las minas antipersonal ya han cobrado la vida de otras personas Jiw como son Yesid Santos Meléndez, María Cristina Meléndez Martínez de 16 años y su hija Ángela Patricia Pavón Martínez de 9 meses de edad en el año 2008 y Agustín Castillo González muerto al momento de ir a coger unos plátanos el 25 de julio de 2009. Nuestro pueblo Jiw se encuentra desplazado por el conflicto armado.
NOSOTROS NO QUEREMOS PARTICIPAR EN ESE CONFLICTO, QUEREMOS QUE RESPETEN nuestra autonomía dentro y fuera del territorio y de los asentamientos donde nos encontramos reubicados luego de los desplazamientos, no queremos señalamientos, hostigamientos de los territorios, ni informantes, EXIGIMOS que se respete nuestro derecho a la vida, no más siembra de minas antipersonal dentro de los territorios que ocupamos, no más persecución a los indígenas y no más afectaciones por artefactos de guerra contra los civiles, no más ocupaciones de nuestros territorios indígenas abandonados.
Por lo anterior:
1. Repudiamos y rechazamos la muerte del anciano Juan Ladino, integrante de nuestro pueblo, sabedor y autoridad tradicional pues esta es una pérdida irreparable y afecta de manera grave nuestros derechos a la vida, la identidad cultural, nuestro derecho a la existencia y a desarrollarnos de acuerdo a nuestros usos y costumbres.
2. Condenamos la práctica de los grupos armados ilegales que utilizan la siembra de minas antipersonal y trampas como método de guerra. Con ellas se ha quitado la vida a seres humanos que huyendo de la guerra solo han buscado un lugar tranquilo para sobrevivir.
3. Exigimos de inmediato la presencia y acompañamiento del Estado Colombiano, de las autoridades nacionales e internacionales, departamentales (Guaviare y Meta), municipales (San José, Mapiripán, Puerto Concordia), de las organizaciones indígenas locales, regionales, nacionales e internacionales para la protección del pueblo Jiw (Guayabero) pues hoy nos encontramos en riesgo de extinción y mucho más, en estos momentos en que el conflicto armado y los actores armados legales e ilegales, se empeñan en librar sus batallas en nuestro territorio sagrado.
4. Exigimos al Estado Colombiano se tomen de manera inmediata todas las medidas necesarias para la protección de nuestros territorios y la garantía de seguridad en los asentamientos que ocupamos como población desplazada al norte del Guaviare y sur del Meta