Nuevo Cabildo Indígena Kiwe Wejxia del CRIC Fundado por excombatientes del Movimiento Armado Quintín Lame - MAQL
- por Soporte
Cabildo indígena Kiwe 'Wejxia XV Congreso del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC) Territorio de Rioblanco Sotara.
Cabildo Indigena Kiwe Wejxia Fundado por excombatientes del Movimiento Armado Quintín Lame- MAQL. Revisando la historia del movimiento indígena y ubicándonos en la creación del Consejo Regional Indígena del Cauca CRIC el día 24-02-1971 vereda “la Susana”, resguardo Tacueyó, municipio de Toribio. Los pueblos indígenas se enfrentaban a una serie de hechos violentos que desestabilizaban y debilitaban el proceso organizativo, las bandas o grupos armados conocidos como “pájaros” al servicio de los terratenientes y la clase politiquera tradicional del Cauca, diezmaban las comunidades indígenas y perseguían la dirigencia del CRIC para asesinarlos o encarcelarlos, lo cual originó un retroceso dentro de las comunidades, debilitando de esta manera el acompañamiento jurídico, político y organizativo que realizaba el CRIC en zonas o territorios donde se realizaban las primeras recuperaciones de tierra.
Por esta razón los mayores de la época comienzan a reflexionar y toman la decisión de buscar alternativas o mecanismos radicales que permitan hacer frente al exterminio físico y cultural, es así como se empiezan a dar las primeras puntadas del “grupo de autodefensa” con el fin de defender la vida, el territorio y los cabildos. Este mecanismo de defensa surge con un pensamiento propio, sin influencia extranjera y partió del seno de las mismas comunidades.
A inicios de los años ochenta la propuesta se consolida y toma forma al interior de las comunidades, la creación del grupo de autodefensa se lleva a cabo y su lineamiento es estar siempre al servicio del movimiento indígena, respetar las directrices de los cabildos y defender la integridad física de la comunidad y especialmente de sus dirigentes, es así como se convierte en un grupo de respaldo a la lucha indígena y de los diferentes sectores sociales que en ese momento perseguían un cambio y una democracia participativa en el País.
Nuestra tierra, nuestra lucha
Compañeros como Luis Ángel Monroy, Gustavo Mejía, Pablo Tattay, Benjamín Dindicue, entre muchos otros compañeros hacen un aporte significativo en la lucha de la década de los años setenta, el M19 también aporto al proceso de la militancia indígena en cuanto a formación militar y armamento que extrajeron en la toma del cantón norte de Bogotá donde sustraen más de cinco mil armas, y parte de ese armamento llega a las comunidades La lucha se intensifica por las recuperaciones de tierra en municipios como Coconuco, Silvia, Totoró, Miranda, Caloto, Buenos Aires y Caldono entre otros, de tal forma que también se van creando pequeños grupos de autodefensa en las diferentes zonas, pero llega un momento en que el movimiento indígena llega a su límite, es la recuperación de tierra más valiosa, las tierras de los enormes cañaduzales del Valle “López adentro”, en este enfrentamiento hay víctimas fatales, arraso de los cultivos, quema de viviendas y una perdida enorme por el asesinado del sacerdote indígena Álvaro Ulcué Chocúe el 9 de noviembre de 1984 en Santander de Quilichao. Este hecho tan grave y tristemente significativo, divide la historia de Colombia, de la lucha indígena y para el pueblo Nasa que sumaba incontables victimas en todo su proceso de exigencia de los derechos, dignidad, respeto y búsqueda del fortalecimiento de sus autoridades en defensa del territorio, es hora de arremeter y hacer frente a los tiranos.
Es así como se toma la decisión desde las autoridades y dirigencia indígena que el pequeño grupo de autodefensa en su mayoría conformado por indígenas se transforme en movimiento guerrillero con el fin de que inicie a realizar acciones militares y revindique los vejámenes que comete la fuerza pública y grupos de “pajaros” al mando de la burguesía colombiana, este grupo se estructura y toma como nombre “ Quintín Lame” en la Laguna de Juan Tama.
El 4 de enero de 1985 el Movimiento Armado Quintín Lame (MAQL) toma por asalto la población de Santander de Quilichao en compañía de la disidencia del frente Ricardo Franco que está haciendo presencia en territorios indígenas, esta acción más que bélica busca hacer público el respaldo a las recuperaciones de tierra, y así mostrar a la clase política caucana, a los terratenientes tradicionales y a la burguesía valluna que el MAQL está dispuesto a defender militarmente la lucha del movimiento indígena.
Como grupo guerrillero indígena se buscó cumplir con los mandatos de Fortalecimiento de los cabildos, Ampliación de los resguardos, Defensa de la raza y El no pago de terraje , por este motivo en nuestro himno a parecen en sus estrofas las frases la injusticia derrotar y nuestros dioses son la naturaleza porque como movimiento armado defendíamos la identidad y legado de nuestros antepasados. Este aporte lo realizamos político y militarmente para que nuestra comunidad pudiera levantar el bastón de mando símbolo de autoridad sin ningún temor, y pese a las adversidades estén firmes en sus propuestas.
En nuestra corta vida guerrillera tuvimos un impacto importante dentro del contexto latinoamericano, fuimos una guerrilla que camino por los senderos trazados por los antepasados, defendimos el legado de Manuel Quintín Lame, quien dejo una política organizativa para fortalecer la unidad desde lo ancestral, respetando las costumbres, manteniendo la cultura, la lengua y conservando los territorios sagrados como parte fundamental de la cosmovisión indígena.
Reconocemos de igual manera que cometimos hechos en contra de las comunidades y desobedecimos algunas directrices, pero siempre las armas que empuñamos como quintines estuvieron al servicio de la comunidad indígena.
A finales de los años ochenta se dieron discusiones en diferentes eventos, asambleas de autoridades y juntas directivas para buscar salidas o transformar el MAQL, es decir que dejáramos de empuñar las armas, ya que las autoridades y las mismas comunidades se habían fortalecido y podían ejercer autonomía, esto gracias a nuestro aporte desde la clandestinidad fue fundamental para ganar autoridad y robustecer el conjunto del movimiento indígena.
Habíamos cumplido los objetivos y las metas trazadas, era el momento de que el MAQL comenzara a buscar el camino de la paz y despareciera de las comunidades indígenas como instrumento armado, dando paso a la autoridad legal constituida, a la justicia propia y al mandato de los mayores como Juan Tama.
La Asamblea Nacional constituyente y la cuota indígena
En la asamblea llevada a cabo en 1989 o 1990 en el resguardo de Paniquita municipio de Totoró, reunidos todos los cabildos y la junta directiva del CRIC con la dirección política del Quintín Lame, se toman la decisión de que el movimiento armado dejara las armas. Pese a los desacuerdos frente a esta decisión nuestro compromiso fue acatar las órdenes y respetar cualquier propuesta de los cabildos, lo cual nos condujo a cumplir y entregar las armas.
La coyuntura de la Asamblea Nacional Constituyente (ACN) fue una oportunidad de transformación que vivía el país, razón por la cual la dirección política del MAQL ve la oportunidad de hablar sobre un proceso de paz y que dentro de los acuerdos se pudiera participar en la mesa de la (ANC), además la constitución de 1890 ya era obsoleta y la nueva constitución abría un nuevo rumbo para el destino del país, donde los indígenas por primera vez como pueblos organizados definían los derechos como minorías étnicas.
Esta coyuntura da inicio a la desmovilización del movimiento guerrillero Quintín Lame, y nos llevó a buscar un acercamiento de dialogo entre el Gobierno Nacional y el MAQL para negociar unos acuerdos que permitieran una salida pacífica del conflicto armado que atravesaba el Cauca. La dirección política del MAQL logra el acercamiento con el Gobierno Nacional y por primera vez se reúne en Zumbico Jambaló el 26 de junio de 1990 con el consejero presidencial del momento Rafael Pardo Rueda. Este fue el inicio del proceso de negociación para la dejación de armas.
En el año de 1990 con el gobierno de Cesar Gaviria se inició las negociaciones en Coscuro Municipio de Inzá para que el MAQL pudiera dejar las armas, fue así que en el resguardo de Pueblo Nuevo municipio de Caldono en el mes de marzo de 1991 los y las combatientes del MAQL nos trasladamos allí para que en los tres meses se hicieran las negociaciones y el 31 de Mayo suscribiéramos el acuerdo final.
Nuestra negociación giro siempre buscando el bienestar para las comunidades y por tal razón el Quintín plantea en su propuesta de negociación con el Gobierno Nacional, que todo lo negociado fuera para las comunidades, en el aspecto económico se otorgó un monto de 600 millones de pesos en inversión social y proyectos productivos que fueron destinados para las comunidades donde el movimiento tuvo su radio de influencia armada.
Fue así como en Pueblo Nuevo dijimos adiós a las armas y abrimos un nuevo capítulo para el movimiento indígena que para bien o para mal habíamos ayudado a forjar y se tenía protagonismo político a nivel local y nacional con la nueva constitución política, donde el MAQL entregaba las armas para buscar un panorama en el ámbito político y organizativo. Es así como MAQL desmovilizado logra contar con un delegado en la mesa nacional constituyente como lo fue Alfonso Peña Chepe con voz pero sin voto, y quien acompaño a Francisco Rojas Birry y al taita Lorenzo Muelas, los dos últimos por voto popular.
Tres indígenas por primera vez tenían participación en una decisión importante en la historia colombiana, fueron ello los artificies de que hoy las comunidades tengan recursos económicos, hayan ganado un reconocimiento político importante como pueblos indígenas al legislar y participar en la constituyente. Esto permitió que en la nueva constitución se declarara a Colombia como un país pluriétnico y multicultural, y tuviésemos un régimen especial en autonomía, cultura, territorio, y gobierno propio, participación política para las minorías étnicas elementos primordiales que tenía el movimiento indígena en ese momento y que debió fortalecernos, pero en cambio nos dividió y nos trajo distanciamiento de una organización como CRIC, promotor de la lucha indígena en el Cauca y en Colombia.
La coyuntura de los noventa era la Asamblea Nacional Constituyente el Quintín Lame en ese momento ayuda hacer campaña política para el candidato indígena como Francisco Rojas Birri en las zonas donde estamos ubicados. Y al ganar el cupo a la constituyente de todas maneras querían que el movimiento indígena mostrara la fuerza política, como en el aspecto organizativo y por tal razón el movimiento Quintín Lame para algunos era un obstáculo en ese nuevo proceso.
Creación de partido político ¿Nuestra voz desde la legalidad?
Después de la dejación de armas el MAQL se transformó en un movimiento político y para continuar adelantando los proyectos productivos, sociales y políticos se crea la Fundación Sol y Tierra , abriendo paso a una nueva expresión política alternativa y social. Se funda la Alianza Social Indígena Quintín Lame (ASI-QL), la cual lleva al senado de la republica al compañero Anatolio Quira Guauña primer senador indígena por suscripción especial, ese logro de una lucha de años donde no se tuvo miedo a la persecución, al asesinato y toda forma de violencia que vivió nuestro pueblo.
Es como se logra cosechar lo que muchos sembraron y no logaron recoger, pero una nueva generación comenzó a saborear estos frutos que sembraron los mayores sin interés alguno. Entonces se propone a Jesús Piñacue al senado de la república por suscripción especial, en dos periodos consecutivos, y también la ASI-QL regional logra obtener varias alcaldías, concejales, diputados todo esto fue después de un proceso de paz en el Cauca.
La Alianza Social Indígena-Quintín Lame fue fuerte en su inicio pero las discrepancias, la ambición, el cacicazgo y la sed de poder fracciono debilitando su estructura frágil con pocas raíces.
Nunca antes los movimientos alternativos lograban ni siquiera sacar un concejal, pero de esto no se habla y si se hace es muy poco dentro del movimiento indígena. Fue un aporte grande que nosotros los quintines le hicimos al proceso indígena, pero hoy en día del Quintín hablan con cierta precaución, con mucha timidez o sencillamente no hablan.
Fuimos los que realizamos el trabajo sucio en ese proceso, gracias a nuestro esfuerzo, al sacrificio, a las vidas de nuestros compañeros perdidos en las batallas, el movimiento indígena tomo fuerza, se cimiento fuertemente en lo político, en lo cultural, en lo organizativo, económico y social, para muchos de nosotros fue solo un sueño que tiene un pasado oscuro, mirábamos desde lejos y siendo olvidados en vida por las comunidades y los dirigentes de la organización quienes sin mirar a lo lejos cosechaban los frutos del gran árbol que nosotros en medio de las dificultades ayudamos a sembrar y regar para que creciera.
El cabildo de las y los quintines
La Fundación Sol y Tierra creada después de la desmovilización desarrollo un trabajo importante para las comunidades en diferentes áreas en su momento. Después de dos años de haber hecho la dejación de armas vimos la necesidad para algunos reinsertados que nos hacía falta lo más esencial, la tierra, es cuando a través del INCORA comenzamos a gestionar algunas tierras para las familias de los excombatientes, con el objetivo de desarrollar el proyecto de vida y con ellas buscar una mejor vida para nuestros hijos, esta gestión produce resultados y se logra comprar algunas tierras para pagar en un lapso de 15 años con 2 años periodo de gracia, estas tierras algunos las logramos pagar y otros por diferentes motivos hasta hoy en día no han podido cumplir con la obligación finaciera, estos predios están ubicados en los municipios de Morales, Toro, Santander de Quilichao, Sotará.
Varias de estas familias hoy en día son dueños de algunas hectáreas de tierra y otros vendieron sus tierras y regresaron a su lugar de origen, de esta manera algunas familias que quedamos en estas fincas ejemplo municipio de Sotará en las fincas el Líbano y San Antonio, en vista de que para el movimiento indígena no éramos más que un recuerdo del cual no se quería saber, empezamos a trabajar y a hacer producir estas tierras dejando a un lado el proceso de lucha social e indígena, enfocados en sacar adelante nuestro hogar como mandato de la plataforma de lucha de nuestra organización, es más, la salud, la educación para nosotros los quintines fue parte de la negociación del proceso de paz, pero hoy en día dentro de los sistemas que ha planteado el movimiento indígena también ha sido un proceso para que se nos tenga en cuenta por no decir que nos han excluido.
Durante estos 20 años estuvimos aislados, solos dedicados en explotar la tierra y educando a nuestros hijas e hijos, trasmitiendo nuestro conocimiento práctico y político, formándolos y permitiéndonos al mismo tiempo reflexionar sobre el pasado de nuestra causa, hemos venido tomando decisiones para construir un proceso de lucha por nuestro propio territorio, si, estábamos solos, abandonados , nunca la organización por la cual dedicamos tantos años nos visitó, ni siquiera para darnos esa voz de aliento, para ver que necesidades podíamos tener, solo nos miraban a los excombatientes como sujetos sin identidad con vicios, como a personas de segunda clase, así lo percibimos los que jamás tuvimos un territorio; tal motivo permite reflexionar... y cuando llegamos a una zona totalmente diferente como fue con los campesinos que rechazaron nuestra presencia inicialmente, pero les demostramos que a través del dialogo y de nuestro trabajo podíamos contribuir en esta comunidad como personas de bien, como personas organizadas, entonces logramos ser aceptados, pero nosotros no éramos campesinos, nos identificábamos como indígenas, teníamos nuestra propia identidad, tuvimos nuestra cultura, y es en aquel momento cuando nuestra forma de vida colectiva abre un nuevo panorama de esperanza para tomar decisiones como parte del pueblo Nasas político y organizativo que éramos, establecimos unos objetivos encaminados a rescatar nuestros valores ancestrales por la que siempre soñamos.
Todo este pensamiento en estos últimos años se va estructurando con el ánimo de poner la primera tulpa, es donde vemos el futuro de nuestra comunidad, de crear un cabildo como instrumento legal para ejercer autoridad y defender nuestro territorio el cual ya empezaba a ser amenazado por su diversidad y recurso hídrico, estos mecanismos legales y jurídicos que nos da la ley 89 de 1890, la ley mayor, el derecho propio, la ley de origen, usos y costumbres, cuyos elementos son la fortaleza para comenzar a dar este paso que es aún un desafío para nosotros los excombatientes.
En estos últimos tres años después de muchas reuniones con nuestra pequeña comunidad dando debates constantes, y por último estuvimos de acuerdo la mayor parte y tomamos la decisión de conformar el cabildo, esta propuesta es la que nos obliga buscar asesoría legal, es así como acudimos al Consejo Regional Indígena del Cauca, la consejería mayor nos acompañó y volvimos a retomar el camino, estas asesorías fueron definitivas para la conformación del cabildo, y el 20 de mayo de este año se posesiono el cabildo indígena conformado en su mayoría por Quintines en el municipio de Sotará, creamos nuestro propio territorio para garantizar la pervivencia de nuestra semilla, pensando que la tierra es nuestra madre y es la esencia de la vida para nosotros y las nuevas generaciones, por eso queremos hacer parte y ayudar a hilar este tejido multicolor que nos servirá para cobijarnos entre todos, a pesar de las diferencias y la desigualdad que existan, abriendo el sendero de lo que soñaron nuestros mayores y por donde caminaran nuestras futuras generaciones.
A los 26 días del mes de Junio de 2017.
Cabildo Wexjia Wike.