Diálogos Interepistémicos: Ecologías, Territorialidades, Metodologías y Pedagogías Pluriversas para el Buen Vivir con Paz

por Soporte

Por: Yolanda Parra1 y Saray Gutiérrez Montero2.

En este texto tejido a dos manos, se presenta una experiencia que traslada del aula a la esfera comunitaria la experiencia vivida entre docente y estudiante, con el propósito de dar sentido al quehacer pedagógico e investigativo desde esas lógicas “otras” que cuestionan el rigor de la investigación académica vista desde occidente.

La primera parte, da cuenta de algunas apuestas teóricas que se orientan desde la “Pluriversidad del conocimiento” como desafío epistemológico, tomando distancia del monismo lógico-deductivo, que afirma la existencia de un único modo de racionalidad. Es una apuesta epistémica y a la vez una invitación para que profesoras y profesores nos arriesguemos en la búsqueda de otros horizontes del posible explorando nuevos caminos en la aventura pedagógica. Una búsqueda que permita desafiar y derrumbar estructuras rígidas, arraigadas muchas veces en un quehacer docente descontextualizado, anclado en posturas epistémicas que no dan respuesta al dinamismo y vitalidad cultural de nuestra Abya Yala.

 

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Es también un llamado a involucrarnos como academia, pero sobre todo como protagonistas, hacedores de sueños y artesanos de la vida en un momento de particular importancia para Colombia, una Colombia que desangrada en los absurdos de la guerra y agobiada por las injusticias le apuesta hoy a la construcción y consolidación de la Paz, desde la justicia restaurativa pero también desde el reconocimiento de esas otras formas de conocer que están ancladas en los principios de sanación y armonización como ejercicio de la Territorialidad Simbólica y las prácticas espirituales de los Pueblos.

La segunda parte, conecta entre espirales, puntada y palabra, los postulados teóricos de estos “Diálogos Interepistémicos”, a partir de los caminos, narrativas y cicatrices de los TerritorioSCuerpo y de los CuerpoSMemoria, a través de los cuales Saray Gutiérrez Montero, presenta su experiencia investigativa para optar al título de Licenciada en Etnoeducación, en la monografía de grado titulada: “Voces del Silencio: Lenguajes, Lugares y Tiempos de la Memoria de la Identidad Kankuama. Narrativas y Experiencias de Vida Cotidiana con mujeres, niñas y niños kankuamos desplazados residentes en Riohacha, La Guajira, como ejercicio pedagógico de Reconexión Identitaria desde el modelo educativo propio del pueblo Kankuamo Makú Jogüki-OEk”. La cual fue aprobada con mención laureada a criterio de los evaluadores, entre otras, por las siguientes razones: “La originalidad y lo novedoso del tema para abordar otras aristas de los procesos del conflicto y desplazamiento de las comunidades amerindias. La actualidad del trabajo en el marco del proceso sociohistórico que vive el país, así como el lugar de enunciación del discurso, constituye un aporte a la experiencia transformadora del quehacer epistémico y metodológico de la Etnoeducación”.

La mención reconoce el recorrido profundo que Saray hace a través su corporeidad, temporalidad y espacialidad ancestral, para narrar las voces del silencio desde adentro, develando las cicatrices esculpidas en los TerritorioSCuerposMemoria de millones de mujeres, para decirle a Colombia y al mundo que nosotras: creaturas femeninas, cósmicas, espirituales, somos seres Espaciales. Espaciales desde el momento en que nuestro útero conecta con el útero de la Grande Madre y desde allí somos paridoras de afectos, pasiones, vida y alimento.

Nosotras Mujeres somos Territorio, somos TerritorioSCuerpo, somos TerritorioSMemoria, por eso caminamos la palabra y sembramos pensamiento desde nuestras acciones en la vida cotidiana, desde el fogón como primer espacio pedagógico para cocinar no sólo el alimento sino también las pasiones, la palabra y sobre todo la Memoria.

Nosotras Mujeres, tejedoras, sabedoras, paridoras, sanadoras, sembradoras, educadoras, somos depositarias de los misterios guardados sigilosamente por nuestras ancestras, para que aún en la oscuridad tenebrosa de la guerra podamos continuar arrullando sueños y cantando esperanzas.

Nuestro CuerpoMemoria incorpora las cicatrices, las emociones, las alegrías, los retos, los desafíos de los caminos caminados, de las semillas cosechadas, de los sueños soñados y de aquellos aún por soñar; por eso muchas veces, cuando se siente agobiado de cargar el peso de los caminos no caminados, y de los cantos no cantados, se revela a través de dolor gritando en el silencio el cansancio, los desamores, las nostalgias, las violencias que nos desconectan, nos fragmentan, nos debilitan, nos agobian.

Nuestro Cuerpo es nuestro primer Territorio, y por lo tanto requiere ser cuidado y respetado. Merece ser acariciado, consentido, amado, cultivado y protegido. Así Mujeres, nosotras somos Memoria Viva y desde allí cultivadoras y sanadoras de nuestra propia existencia.

Puntada tras puntada:

Todo comenzó ese 20 de febrero del 2014 a las 3:30 pm en el salón 4203 del bloque 4, de la facultad de Ciencias de la Educación en la Universidad de La Guajira en Riohacha, cuando la profesora Yolanda hace su ingreso por primera vez. Según ella, antes de abordar cualquier contenido académico era necesario realizar un ejercicio para re-conocernos, argumentando que el nombre no era suficiente visto que nos íbamos a encontrar durante todo un semestre. La invitación era a compartir una parte mínima de nuestra existencia, de nuestros caminos, de nuestros logros, nuestros retos, nuestros sueños y nuestros desafíos, pero sobre todo hacer un ejercicio sobre nuestra identidad, esto considerando que en el aula la mayoría de los estudiantes se autoreconocían como Wayuu, algunos como `mestizos` y la única `yo`, que hasta el momento decía ser de Valledupar, queriendo negar el profundo dolor que se ocultaba tras mi silencio. Hasta que por fin, un día, ante la insistencia de la profesora, respondí casi que con voz entrecortada: “soy Kankuama”.

Cuando nos preguntaban de dónde éramos, negábamos constantemente nuestro origen por temor a ser reconocidos.
El miedo invadía nuestras vidas, hasta tal punto que a veces nos ignorábamos nosotros mismos.
Así comienza la narración de tantas voces en silencio de las cuales el presente escrito es tan sólo un comienzo3

Es así, como se decide realizar este viaje de ida y vuelta, desde adentro, desde el territorio y la memoria de la propia cultura, partiendo del concepto de identidad, como anclaje de todo el proceso del Renacer Kankuamo que hasta hoy se ha mantenido como un proceso de resistencia y de reafirmación cultural desde el territorio y el vínculo espiritual a partir de la Ley de Origen.

Como resultado de esta experiencia investigativa se presenta la propuesta de una metodología que desde lo propio, sumando la experiencia de las mujeres Kankuamas hemos denominado: Chipire: PuntadaPalabraMemoria, desde la cual se reconoce el acto de tejer como una práctica pedagógica ancestral.

Tejer me reconecta con el territorio porque en cada puntada el pensamiento se traslada a ese lugar donde pasé la niñez y gran parte de mi adolescencia, fue en ese momento de mi vida que aprendí a tejer. Cuando tejo me siento más tranquila puedo experimentar que mis malos pensamientos se van. Es un ejercicio que lo busco para serenar mi cuerpo, mi palabra y mi pensamiento. Cuando tejo los miedos afloran, pero a medida que avanzo en el tejido se van borrando.

Lo que si percibo, es que cuando me acuerdo de situaciones difíciles del desplazamiento se me enreda la cabuya, tengo que partirla, respirar y volver a comenzar a empatar y es así como entiendo la reconexión: Reconectar esa ruptura y empatarla, componerla para seguir el proceso del hilo en el momento del tejido, que es a la vez recomponer, reconectar mi vida para seguir existiendo4

Para finalizar, se hacen algunas recomendaciones orientadas a la revisión de algunos aspectos del Maku-Jogúki- OEK y su aplicación en las instituciones educativas del territorio Kankuamo, con la intención de diseñar estrategias pedagógicas y círculos de reflexión entre la niñez, las mujeres y autoridades tradicionales en modo tal que permitan a la Organización Indígena Kankuama (OIK) articular los procesos educativos institucionalizados con las prácticas culturales desde la vida cotidiana, donde las mujeres como tejedoras de vida tenemos mucho para seguir aportando.

Puntadas tras puntadas, se terminó el Chipire para asumir el cuerpo de la mochila, que fuera presentada a la comunidad educativa del Resguardo Kankuamo en Atànquez la semana final de Agosto, con el titulo `Diálogos Interepistémicos: Ecologías, Territorialidades, Metodologías y Pedagogías Pluriversas para el Buen Vivir con Paz`. Diálogos como las puntadas que no se agotan en el tejer permanente de la Palabra, del destejer para crecer, lo que permite valorar en todo tejido las puntadas, los crecios, la cabuya corrochada y las okas que con los puyazos de la aguja de metal ayudan a pulir la paciencia, y sobre todo a no olvidar.

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Seguimos tejiendo con una misión “No olvidar sin rencor, porque el tejido puntada a puntada va sanando y endulzando La Palabra, para resembrar en las nuevas generaciones el Orgullo de ser Kankuamo”, Saray.

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1 Socióloga.  Especialista en Derechos Humanos. Magister en Relaciones industriales y Psicología de las Organizaciones. Phd. en Pedagogía y Ciencias de la Educación, Universidad de Bologna-Italia.  Docente de planta de la Facultad Ciencias de la Educación, Programa de Licenciatura en Etnoeducación.  Investigadora del grupo AA‟IN -Núcleo para los estudios inter y multiculturales. Línea de Investigación: Pedagogías Propias, Didácticas en Contexto. Territorios, Narrativas e Identidad, Directora del Semillero de Investigación Putchi Anasü (Palabra Sabia), Universidad de la Guajira Riohacha-Colombia.  Con experiencias de trabajo compartido con los pueblos Kankuamo,  U’wa y Wayuu en Colombia;  Tsotsil y Tseltal  en el estado de Chiapas-México y con comunidades de la Nación Quechua en el municipio de Cochabamba,  Estado Plurinacional de Bolivia.  

2 Lideresa Kankuama originaria de Atánquez,  Territorio Ancestral Kankuamo.  Licenciada en Etnoeducación. Estudiante de la maestría en Ciencias Sociales. Docente del programa de Licenciatura en Etnoeducación e Interculturalidad de la Universidad de La Guajira. 

3 Fragmento de Autobiografía “Saray Gutiérrez Montero”.

4 Fragmento de Autobiografía  Saray Gutiérrez Montero.