COMUNICADO A LA OPINION PUBLICA

logo ONIC PÁGINA La Organización Nacional Indígena de Colombia – ONIC, ha luchado por la paz de manera incasable. La paz entre los seres humanos y la paz con todo aquello que habita en este plano. En ese ejercicio de la búsqueda de la paz siempre hemos acompañado a nuestros hermanos indígenas en todos los rincones del país.

El pueblo Nukak, un pueblo en contacto inicial, habita su territorio ancestral en un círculo que recorre caminos en la construcción de selvas y de armonía con la vida, de manera que se pueda estar en equilibrio con el entorno, con todo aquello que el creador nos ha entregado para cuidar y mantener desde nuestros principios, fundamentos y Sistemas de Conocimiento.

Sin embargo, la guerra que ha invadido a todo el territorio nacional parece haberse ensañado con nuestros hermanos Nukak que no solo han vivido una invasión cultural catastrófica, una acción institucional inoperativa, sino que viven y perviven en su resguardo frente a todas las acciones bélicas y de invasión cultural que pueden existir.

Ayer, 14 de noviembre, fue asesinado el hermano Nukak Ñemury, presuntamente por fuerzas al margen de la ley con la excusa de ser consumidor de sustancias que diversos actores bélicos que invaden el territorio han usado como estrategia de guerra, lo que demuestra una vez más que todo aquello que se hace en el marco de la violencia solo sirve para destruir, destruye la vida, el territorio, nuestros Sistemas de Conocimiento y la profundidad del pensamiento propio.

Este asesinato es parte de una estrategia sistemática de actores legales e ilegales que buscan expropiar a los Pueblos Indígenas de su territorio, basados en la discriminación estructural, el señalamiento y lo violencia como moneda de cambio.

Exigimos al Gobierno Nacional a que mantenga el trabajo y cumpla lo acordado con la Alta Instancia Nukak concertada con esta administración, de manera que se busquen soluciones reales, integrales y profundas a los atropellos que ha sufrido el pueblo Nukak en las últimas décadas; a los entes encargados de la defensa de los derechos humanos a que accionen todas las herramientas a su disposición para que avancen en la garantía efectiva de derechos de los hermanos Nukak; a los entes de control para que coloquen sus ojos sobre las actuaciones que públicos y privados están realizando con la excusa de estar garantizando derechos de los que no se ve su materialización; a las fuerzas armadas para que cumplan con su rol constitucional y apoyen a la población.

Hacemos un llamado a cuidar la vida del pueblo Nukak, de los Pueblos Indígenas y de los colombianos.

La paz solo se logrará cuando sea una realidad en la gran Maloca que llamamos Colombia, cuando los caminos se crucen y se entienda que debemos armonizarlos y no destruirlos, cuando se camine la Palabra de Vida para volver al origen.