Primera Asamblea de Mujeres del Pueblo Wiwa - Achintukwa del 27 al 29 de Noviembre

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Una a una fueron llegando a su capital Achintukwa, venían de todos los rincones del territorio Wiwa, llegaban a encontrase, a conversar a proponer desde ellas, una nueva pero antigua visión de ordenar el universo. Muchas tenían años y años de no verse: - la última vez que nos vimos éramos unas niñas, ya hoy las arrugas surcan nuestra piel – le dijo una anciana a otra, al reconocerse. Otras nunca se habían visto, pero habían escuchado de alguien, de una Saga que sabia dar consejos dulces, que no regañaba sino que trataba a los que iban a consultar con ella con cariño. – me dijeron que usted iba a estar en esta reunión, por eso vine a conocerla y a que usted me de una sola palabra que me me ayude a vivir bien a estar bien- eso le decía una joven a una anciana de sonrisa amplia y mirada dulce.

Unas, caminaron cinco horas para llegar a donde el carro las recogería para traerlas a Achintukwa, pero fue un ratico el viaje, la emoción por llegar al encuentro hacia que el camino no se sintiera, el camino acompañaba la caminante. El camino sabia que eran pasos de mujeres a encontrarse con otras mujeres con ganas de aportar a la armonía de la sierra, de la madre, del universo. Así como es de diversa la sierra, así de diversa son las mujeres wiwas, unas vestían su vestido tradicional, otras vestían como los de afuera. - Lo importante es el vestido del corazón, si ese corazón viste de wiwa, un dia ella se vestirá de wiwa – comento una anciana a alguien que se refirió al tema.

Una a una se acercaron , “a la loma” como cariñosamente se le dice al sitio sagrado. Ahí que ir a confesar, no al mamo, sino al sitio a los Padres espirituales que viven en ese lugar. Una a una confesaran mental y oralmente sus dolores, sus ilusiones, sus sueños, sus problemas, sus alegrías, el motivo que que las reunía, lo que sintieron en el viaje, lo que pensaron. Conversaron como si estuvieran contándole a su mejor amiga, a su madre, así contaron. Con esto le damos de comer a la Madre y ella, para esta reunión, sacara lo mas bonito de nosotros, las mejores propuestas. Algunas que llegaron con sus hijas e hijos y que vivían en la ciudad o en cascos urbanos le explicaban que esa era la tradición, así se debe hacer cuando vamos a un sitio. - Ahí que pedir permiso, confesar a que venimos – le decía una madre a sus dos hijas jóvenes que la acompañaban.

También llegaron hombres, unos con curiosidad de saber que iban a hablar las mujeres, otros por curiosidad, otros dispuestos a colaborar en la cocina, a traerles leña a estar pendientes de ellas dijo una autoridad: - en estos días días, nosotros cocinaremos para que usted puedan estar concentradas y proponiendo caminos para andar mejor. Deseamos que de esta asamblea salgan consejos buenos para todos y confiamos en que su sabiduría nos hará mejores hombres. Mejores wiwas -.

Fueron tres días históricos, por primera vez se reunían mas de 400 mujeres wiwas a conversar de lo organizativo, de política, sobre a conversar de la vida y de responsabilidad, a conversar de compartir y convivir a cumplir un mandato primordial de la ley dejada por la gran Madre como es el mandato de, darnos consejos, de ordenarnos desde adentro, desde nuestros principios. – cuando se viola a una niña, se desordena el mundo, el universo, cuando se viola una niña en cualquier parte del mundo, la madre llora y va anotando esa esa acción y un dia nos da consejos fuertes. Por eso el calentamiento global, la guerra-. Cuidar la vida es un mandato de origen y es responsabilidad de todos- manifestó una Saga, cuya piel estaba surcada de muchos caminos andados. Otra decía: - como puede alguien decir que ama a su esposa, a su madre, a sus hijas si saquea la tierra. El que daña la tierra, viola a sus hijas, a su madre, a sus hermanas.

Al final, hubo despedidas nostálgicas pero llenas de alegría por el encuentro, por las palabras compartidas, por los consejos. Aprendiendo lo antiguo, el compartir, el consejo la vida. Se sembraron sueños, esperanzas y nuevos pero antiguos caminos. Al final se dijo: le decimos a los hombres, que la madre nos dejo para caminar juntos, para construir juntos, en armonía. Sin que uno fuera mas alto que otro, sino iguales. Cuidándonos mutuamente, asumiendo que los dos somos responsables del cuidado de la madre, de la tierra….

COLECTIVO DE COMUNICACIONES - OWYBT.